Una enfermedad que puede afectar a tu perro es la infección por Rickettsia, un grupo de bacterias que puede afectar a los perros y que se propaga a través de picaduras de garrapatas, pulgas y ácaros.
En este artículo hablaremos más a fondo sobre dicha infección y te contamos cómo se transmite hasta cómo identificar sus síntomas para poder realizar un diagnóstico preciso.
¿Cómo puede mi perro infectarse de rickettsia?
Estas bacterias ingresan al cuerpo del perro a través de la picadura de insectos portadores, tales como garrapatas, pulgas o ácaros. Estos insectos, de manera involuntaria, transfieren las bacterias al picar al animal y de este modo, las introducen en su sistema.
Lo que diferencia a estas bacterias de otras es su necesidad de habitar el interior de las células del perro para sobrevivir y reproducirse. En términos simples, dichas bacterias eligen «alojarse» en las células del perro para su desarrollo.
Una vez que están dentro del cuerpo del perro, aprovechan los recursos de las células para alimentarse y multiplicarse.
Si quieres más información sobre los diferentes parásitos, y cómo prevenirlos, lee nuestros artículos «¿Qué tipos de antiparasitarios externos existen para nuestro perro?» y «¡SOS! Parásitos: una amenaza también para las personas«
Síntomas de rickettsia en perros
Los síntomas de la infección por rickettsia pueden ser similares a los de otras enfermedades, lo que puede dificultar el diagnóstico preciso. Además, estos pueden variar en función de la especie de rickettsia involucrada y la respuesta individual del perro a la infección.
Debido a la similitud de los síntomas con otras enfermedades, es esencial buscar atención veterinaria si se sospecha de una infección por rickettsia ya que un diagnóstico preciso y temprano puede facilitar la recuperación de tu perro.
A continuación, te contamos algunos de los síntomas más comunes de rickettsia en perros:
- Fiebre
- Cansancio
- Pérdida de apetito
- Inflamación de los ganglios linfáticos
- Vómitos y diarrea
- Problemas respiratorios
Cómo saber si mi perro tiene rickettsia
Si piensas que tu perro podría estar afectado por una infección de rickettsia, es importante conocer los métodos de diagnóstico disponibles. Para diagnosticar si un perro tiene una infección de rickettsia, es necesario realizar las pruebas de laboratorio que detallamos a continuación.
Análisis de sangre
Los análisis de sangre son una herramienta fundamental en el diagnóstico de la rickettsia en perros. Al analizar ciertos componentes sanguíneos, como el recuento de glóbulos blancos y otros valores, los profesionales veterinarios pueden detectar cambios que pueden indicar una posible infección. Un recuento elevado de glóbulos blancos podría ser un signo de respuesta del sistema inmunológico a una infección.
Pruebas serológicas
Las pruebas serológicas son una valiosa manera de determinar si el perro ha estado expuesto a la rickettsia.
Estas pruebas buscan la presencia de anticuerpos específicos contra las bacterias de la rickettsia en el suero sanguíneo del perro. La detección de estos anticuerpos indica que el perro ha estado en contacto con la infección. Sin embargo, es importante señalar que estas pruebas pueden tener ciertas limitaciones ya que en áreas donde varias especies de rickettsia son endémicas, los resultados pueden mostrar reacciones cruzadas y no ser específicos para una especie en particular.
PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa)
La PCR es una técnica avanzada de diagnóstico molecular que puede proporcionar resultados más precisos. En este método, se extrae el material genético de las bacterias de muestras de sangre u otros tejidos del perro. Esto permite la identificación directa de la presencia de material genético de rickettsia en el cuerpo del perro. La PCR puede ayudar a confirmar la infección incluso si las pruebas serológicas no son concluyentes.
Tratamiento de la rickettsia en perros
Generalmente, el tratamiento de la rickettsia en perros implica el uso de antibióticos específicos para eliminar las bacterias causantes de la infección.
En este caso, la doxiciclina suele ser el antibiótico recomendado por la mayoría de los veterinarios. Se administra en una dosis de 10-20 mg por kilogramo de peso del perro, cada 12-24 horas durante al menos 7 días.
Aunque la doxiciclina es el tratamiento más efectivo, existen otras opciones antibióticas que pueden ser igualmente efectivas como el cloranfenicol y la enrofloxacina. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la elección del antibiótico debe basarse en el tipo de rickettsia presente y en la respuesta individual de cada perro.
Una vez iniciado el tratamiento, se suele notar una mejoría en las primeras 24-48 horas después de la administración del antibiótico. Además, mientras se esté llevando a cabo el tratamiento, es esencial proporcionar cuidados de apoyo al perro afectado brindándole acceso a un ambiente cómodo, agua fresca y dieta equilibrada que le ayude a recuperarse.
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