Cuando te das cuenta de que tu perro tiene una herida en carne viva, especialmente una profunda, es completamente normal que te asustes. Las lesiones graves requieren una atención inmediata, pero saber cómo actuar en estos casos puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida o complicaciones. Afortunadamente, con los cuidados adecuados, puedes ayudar a tu perro a sanar de manera segura y eficaz. Aquí te explico cómo proceder paso a paso, para que puedas actuar con confianza y tranquilidad.
Pasos a seguir si tu perro tiene una herida abierta
1. Evaluar la herida: ¿Qué tipo de herida tiene tu perro?
Lo primero que tienes que hacer es valorar la gravedad de la herida. Si la herida es tan profunda que se ve tejido expuesto (como piel, músculo o incluso hueso), es una herida grave. Debes actuar rápidamente para evitar infecciones o que el problema empeore. Si la herida es más superficial, puede que solo requiera limpieza y cuidados básicos, pero en una herida en carne viva, lo mejor es tomar medidas con rapidez.
Las heridas profundas como estas pueden estar relacionadas con varios factores, como:
- Cortes accidentales con objetos afilados.
- Mordeduras de otros animales.
- Traumáticos o caídas que afectan a las capas más profundas de la piel.
No importa cómo haya sucedido, lo más importante es mantener la calma y actuar rápido.
2. Controlar el sangrado
Lo siguiente que deberás hacer es controlar el sangrado. Si la herida está sangrando mucho, no entres en pánico. Aquí te dejo algunos pasos que te ayudarán:
- Presiona sobre la herida: Usa una gasa estéril o un paño limpio y aplica presión directa para detener el sangrado. Mantén la presión durante varios minutos sin soltar, hasta que veas que el sangrado disminuye.
- Levanta la zona afectada: Si la herida está en una pata o una extremidad, trata de elevarla un poco para reducir el flujo sanguíneo hacia la zona lesionada. Esto puede ayudar a que se detenga más rápido.
- Evita retirar el vendaje: Si la gasa o tela se empapan de sangre, no la retires. Mejor coloca una nueva capa encima y sigue aplicando presión.
Si después de unos minutos de presión el sangrado no para o es excesivo, no dudes en llevar a tu perro al veterinario lo antes posible.
3. Limpiar la herida
Una vez que el sangrado se haya controlado, lo siguiente es limpiar bien la herida. Es fundamental hacerlo para prevenir infecciones, que pueden complicar aún más la situación. Para esto:
- Usa agua tibia: Lava la herida con agua tibia, sin jabón ni detergentes fuertes, ya que pueden irritar la piel y el tejido expuesto.
- Antiséptico suave: Si tienes disponible un antiséptico como la povidona yodada o la clorhexidina, úsalo para limpiar la zona. Asegúrate de no aplicar productos agresivos como alcohol o peróxido de hidrógeno, ya que pueden dañar los tejidos y retrasar la cicatrización.
Si tienes dudas sobre qué productos usar, es mejor optar por lo más suave o llama por teléfono para hace esta consulta, pero recuerda que será tu veterinario quien deba supervisar la evolución de la herida.
4. Cubrir la herida
Ahora que la herida está limpia, es importante cubrirla para evitar que se infecte o que tu perro se lama la zona, lo que podría complicar la curación. Para ello:
- Usa un vendaje estéril: Si la herida está en una zona que puede tocarse o lamerse, cubre la herida con una venda o apósito estéril para mantenerla limpia y protegida.
- Prevenir lamidos: Si tu perro es muy curioso o le cuesta no lamerse la herida, puedes colocarle un collar isabelino (conocido como «cono») para evitar que lo haga y evitar que se agrave la lesión.
- Reemplaza el vendaje regularmente: Cada día, revisa el vendaje para ver si necesita ser cambiado. Si se moja o se ensucia, cámbialo para mantener la herida limpia.
5. Monitorear signos de infección
Las infecciones son una preocupación común con las heridas profundas. Después de unos días, asegúrate de observar bien la herida para detectar cualquier signo de infección. Algunos síntomas a tener en cuenta son:
- Enrojecimiento o hinchazón alrededor de la herida.
- Secreción de pus o líquido maloliente.
- Fiebre o decaimiento en tu perro.
- Aumento del dolor o que tu perro se muestre más sensible a la herida.
Si notas cualquiera de estos síntomas, es importante llevar a tu perro al veterinario lo antes posible. A veces se necesitan antibióticos para prevenir o tratar una infección.
6. Consultar al veterinario
Aunque puedes hacer mucho en casa para ayudar a tu perro, las heridas profundas requieren la atención de un profesional. Uno de nuestros veterinarios puede:
- Evaluar la gravedad de la herida y decidir si es necesario suturarla.
- Administrar anestesia local o general para que tu perro no sienta dolor durante el procedimiento.
- Recetar antibióticos si considera que hay riesgo de infección.
- Asegurarse de que no haya daños internos o fracturas.
No dejes de consultar a tu veterinario, especialmente si la herida parece muy profunda, no para de sangrar, o si notas algún signo de complicación.
7. Prevención para el futuro
Para evitar que tu perro sufra heridas graves en el futuro, puedes seguir algunos consejos sencillos:
- Supervisa su entorno: Asegúrate de que no juegue cerca de objetos afilados o peligrosos, como cristales o alambres.
- Mantén sus uñas cortas: Las uñas largas pueden ser un factor de riesgo, ya que pueden engancharse en superficies o provocarle accidentes.
- Cuidado con las peleas: Si tu perro interactúa con otros perros, asegúrate de supervisarlo para evitar mordeduras graves o peleas.
- Presta atención: Observa su piel cuando lo bañes o pases el cepillo en busca de alguna herida.
Para finalizar, y siguiendo con el último punto de «prevención». Sigue tu lectura en el siguiente artículo: «10 Elementos imprescindible en un botiquín para perros» es muy importante estar preparado para atender a tu perro en una urgencia. Para acabar visita nuestros casos clínicos sobre algunas curas de heridas más grave que hemos realizado en nuestras clínicas:
Casos clínicos de heridas graves en mascotas
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