Con la llegada del buen tiempo, se hacen más apetecibles los paseos por el bosque con nuestro perro. En esta época hay que estar alerta y mirar bien por dónde pisamos, ya que es el momento en el que las orugas procesionarias están activas, y aunque a simple vista parezcan inofensivas, pueden llegar a causar la muerte de nuestro perro con un simple roce. A continuación te contamos qué son, las zonas de peligro y la amenaza que representan las procesionarias para nuestra mascota.
¿Qué son las orugas procesionarias?
El nombre científico para esta oruga es Thaumetopoea pityocampa, también son conocidas como procesionaria del pino, están recubiertas de pelo blanco muy fino, y son muy características porque cuando abandonan el nido, se desplazan en procesión formando hileras con otros ejemplares hasta conseguir enterrarse en el suelo y cerrar el ciclo volando como mariposas.
Zonas de peligro de la oruga procesionaria y épocas en las que aparecen
El hábitat natural de estas orugas son los pinos, aunque también pueden desarrollarse en cedros y abetos. Estas crean sus propios nidos que se pueden observar en las ramas de los árboles, son de color blanco y parecidos a los que forman los gusanos de seda.
La oruga procesionaria abandona el nido con el aumento de las temperaturas, durante los meses de abril y mayo bajan al suelo y es entonces cuando suponen el mayor peligro para nuestros perros.
Síntomas de que nuestro perro ha entrado en contacto con una oruga procesionaria
Estas orugas son muy venenosas tanto para las personas como para los animales. Cuando un perro entra en contacto con ella, los síntomas son muy evidentes:
- El perro babea y se frota las patas con el hocico de inmediato.
- Se rasca la zona de forma compulsiva y con desesperación.
- La lengua se hincha y aparecen manchas rojizas o moradas.
Puedes ver nuestro caso veterinario de Dana, una perrita que tuvo la mala suerte de ser picado por una procesionaria y atendimos en la Clínica Kivet Bonaire de Valencia.
Qué hacer en caso de que el perro entre en contacto con una procesionaria
La primera actuación de primeros auxilios es lavar la zona afectada con agua fría pero sin frotar ya que si frotamos, el pelo se rompe y se libera más veneno.
Casi siempre la zona afectada suelen ser los labios y la lengua. Hay que salir inmediatamente de urgencias al veterinario, ya que un perro podría sufrir lesiones en la lengua e incluso poder llegar a perderla parcialmente.
Para asegurar la salud de tu mascota en Kivet dispone de Planes de Salud que te ayudarán a prevenir y velar por el bienestar de tu perro los 365 días del año.