A veces es obvio cuando tu gato necesita atención médica. No dudarías, por ejemplo, si tiene un accidente, en llevarlo corriendo al veterinario. Lo mismo ocurre con las convulsiones, pérdida de peso, lesiones oculares o reacciones alérgicas graves. Sin embargo, otros aspectos no siempre son tan evidentes y pueden ser igual de importantes. En este post vamos a concentrarnos en lo que te tienes que fijar para saber si tienes que llevar a tu gato al veterinario.
¿Cómo saber si tu gato está enfermo?
Para saber si tu gato está enfermo, ¿qué deberías observar? ¡Absolutamente todo! Desde la pérdida de pelo a los cambios al usar el arenero. Si tu gato no parece ser el mismo, esto podría indicar un problema más grave que un simple estado de ánimo. Por eso, es crucial estar atento a los sutiles cambios en el cuerpo o comportamiento de tu felino, ya que tal conocimiento podría salvar su vida.
6 síntomas de que tu gato podría estar enfermo
A continuación, te damos seis indicios de que tu gato podría estar enfermo y necesita una visita al veterinario. Presta atención a los siguientes detalles:
1. La comunicación
Algunos gatos son más comunicativos que otros. El siamés, por ejemplo, no es un gatito que tenga reparos a la hora de maullar. Si tu felino normalmente no se comunica mucho, las llamadas de atención en forma de sonidos podrían indicar dolor. Llega a la raíz del problema asegurándote de que todas sus necesidades están cubiertas, especialmente las de comida y atención.
Si tu gato es hembra y no está esterilizada, puede estar pasando por un ciclo fértil y los maullidos pueden significar en este caso que está pidiendo compañía masculina.
Una vez que has comprobado que tu gato está alimentado, acariciado y entretenido, y aun así sigue maullando, hazle un examen visual. Si no hay signos de trauma aparente, inspecciona con tus manos a lo largo de su espalda, patas y cola y suavemente cúbrele la cara. Si no ves ninguna herida ni sientes hinchazón, consulta a tu veterinario para que le haga un examen médico completo.
2. Síntomas del resfriado
Si tu gato presenta secreción nasal, estornudos, tos o tiene legañas/mucosidad en los ojos, podría ser un resfriado o algo más grave. Asegúrate de que tu gato reciba las vacunas de rutina porque éstas ayudan a proteger frente a los virus felinos.
Si has recogido tu gato de la calle o de un centro de recogida y no se vacunó cuando era un gatito, puede estar sufriendo herpes felino o calcivirus felino. Los síntomas son similares a los de un resfriado. ¡Debes acudir a tu veterinario de confianza inmediatamente!
Si los síntomas de tu gato empeoran o se mantienen más de 48 horas, es una señal evidente de que tienes que llevarlo al veterinario para una nueva revisión completa.
3. Horas de sueño
Los gatos duermen unas 16 horas al día. Pero si tu felino prefiere dormir antes que comer, beber o jugar, es motivo de alarma. Dormir en exceso es una respuesta a la enfermedad. También puede ser un síntoma que tu amigo no descanse en su lugar habitual.
4. Falta de apetito
Los gatos que pasan más de dos días sin comer pueden sufrir una enfermedad muy grave para su especie: la lipidosis hepática, también conocida como enfermedad hepática grasa.
Cuando un gato no come, su cuerpo aprovecha sus reservas de grasa para obtener energía. Entonces el hígado tiene que metabolizar toda esa grasa. Como resultado disminuye su funcionalidad y entra en insuficiencia hepática.
Si tu gato está excesivamente cansado o se niega a comer durante más de un día, ponte en contacto con tu veterinario.
5. Orinar fuera del arenero
Si un gato se niega a usar el arenero, puede ser en protesta a su falta de limpieza. Si tienes un arenero extra y ambos están limpios, pero sigue sin usarlos, es probable que se trate de un problema médico. En ocasiones puede orinar en sofás o en la cama, en lugares atípicos, podría ser indicativo de una infección urinaria.
Otro problema muy común son los cálculos urinarios, en este caso verás que tu gato acude al arenero en repetidas ocasiones, adopta postura de orinar o incluso realiza esfuerzos y apenas sale orina o sale con rastros de sangre, en ese caso debes acudir urgentemente al veterinario. La obstrucción uretral es un problema muy grave en gatos.
6. Pérdida de pelo
Los gatos son muy meticulosos con el acicalamiento y una cierta pérdida de pelaje es normal, pero si la caída del pelo es excesiva o si comienza a perder pelaje en parches, es hora de ver al veterinario. La pérdida de pelo en parches circulares que dejan al descubierto una piel escamosa podría ser un síntoma de la tiña, una infección de la piel que puede transmitirse a los humanos, pero que se trata fácilmente con crema antimicótica o jarabes si las zonas afectadas son extensas.
En ocasiones podemos ver un excesivo acicalamiento, con falta de pelo en los flancos debido a que se pasa horas lamiéndose, se denomina Alopecia psicógena felina. En este caso también debes acudir a tu veterinario inmediatamente. Cualquiera que sea la causa de la pérdida de pelo, el animal puede acabar tragándose pelo extra durante el aseo y que esto se convierta en otro problema como las indeseables bolas de pelo. El tragar demasiado pelo podría causarle una obstrucción intestinal, una afección dolorosa y potencialmente mortal. Su síntoma principal es el vómito: cualquier gato puede estar enfermo de vez en cuando, pero llama al veterinario si vomita todo lo que se come.
Por último, comprender el comportamiento normal de tu gato es clave para saber cuándo buscar consejo veterinario, de modo que preocúpate por conocerlo y sabrás de sobra cuándo necesita ayuda.
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