Como ya hemos comentado en anteriores entradas, la leishmaniosis canina es una enfermedad producida por un parásito microscópico llamado Leishmania; que se transmite a través de la picadura de un insecto conocido como flebótomo.
Es una enfermedad que afecta a distintas especies de mamíferos y aunque los perros son especialmente susceptibles, también infecta a gatos y mamíferos silvestres como zorros, lobos, liebres, linces, etc.
No tenemos que olvidar que, si entra en contacto con una persona, esta puede verse afectada y contagiarse de algún tipo de Leishmania, por ello se considera una enfermedad zoonósica. ¡Pero no te preocupes, siguiendo unas medidas de higiene y conocimientos básicos no hay problema!
¿Qué tipos de pruebas son aplicadas para el diagnóstico de la leishmaniosis en perros?
A continuación te contamos las diferentes que realizan los veterinarios para comprobar si efectivamente nuestra mascota sufre esta enfermedad o no.
Prueba diagnóstica de sangre
Con esta prueba se intenta hallar anticuerpos frente a la Leishmania en la sangre de un perro. Su procedimiento es rápido y puede realizarla el mismo veterinario en la consulta.
IFI o ELISA de Leishmania
En esta prueba se busca la presencia de anticuerpos frente a la Leishmania en la sangre del can distinguiendo entre:
- Perros con una cantidad elevada de anticuerpos (nivel alto de infección).
- Perros con una cantidad baja de anticuerpos (bajo grado de infección).
Citología de médula ósea o linfonódulo y/o biopsia de tejido
Si el veterinario sospecha de presencia de Leishmania, esta prueba confirma su presencia, sobre todo en casos negativos o bajos positivos. En ella se intenta encontrar los parásitos en las células del tejido afectado.
Análisis completo de sangre y orina
Ante la confirmación de leishmaniosis en un perro, es vital hacer una analítica general de sangre y además, de orina: con estos análisis se podrá comprobar el estado de los órganos vitales.
Sin duda, la mejor forma de hacer frente a esta enfermedad es la prevención mediante el uso de antiparasitarios, tales como el collar o la pipeta, u otras alternativas medicamentosas que podrá recomendarle su veterinario.
La vacuna puede ser un método para intentar prevenir la sintomatología, pero no previene la infección, su objetivo es aumentar la eficacia de sus defensas para luchar contra los parásitos si llegaran a infestarle.
Como ves, la leishmania es una enfermedad compleja y el procedimiento para diagnosticar que un perro puede padecerla es complicado, por lo que si tienes cualquier duda o sospechas de que tu perro puede estar padeciéndola, acude inmediatamente a tu veterinario. En Kivet somos expertos en mejorar la vida de tu amigo.
Si quieres saber más sobre esta enfermedad, te aconsejamos que repases los siguientes artículos:
- Cuáles son los cuidados y esperanza de vida de un perro con leishmaniosis
- ¿Cómo prevenir la leishmaniosis canina?
- Conoce los tipos de leishmaniosis canina y sus tratamientos
- Vacuna contra la leishmaniosis canina: todo lo que debes saber
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