Se acerca la época del frío en la que sacamos nuestros abrigos más calentitos, bufandas, guantes… Si vives en zonas en las que nieva y tienes una mascota, es necesario que también la protejas del frío para evitar cualquier complicación de salud.
En este artículo te contaremos todo lo que debes tener en cuenta para proteger a tu perro de la nieve. ¡Toma nota!
¿Hay perros más sensibles al frío?
Existen razas de perros como los Mastines o San Bernardos con un pelaje espeso y gruesas capas de grasa que les aíslan del frío. Además, existen razas que se han ido creando con ayuda del hombre, para soportar el frío.
Pero, existen muchos otros, que no tienen las características necesarias para soportar las bajas temperaturas.
Generalmente, cuando menor es el tamaño de un perro, menor es su porcentaje de grasa corporal y por tanto, son más sensibles al frío.
Los perros de pelo corto, como los Chihuahuas, son propensos a enfermar con bajas temperaturas y será necesario prestar especial atención.
4 Consejos para ir a la nieve con tu perro
1º Usa ropa impermeable para perros
Aunque los perros tienen la capacidad de regular su temperatura corporal, si tu mascota no tiene pelo largo puede que le resulte más complicado hacerlo.
Para ayudarle a mantenerse calentito, puedes utilizar ropa especializada para perros como abrigos impermeables o chubasqueros con los que podrá proteger su pelaje de la humedad.
Eso sí, no a todos los perros les gusta la ropa, así que, antes de salir a la calle, te recomendamos que se lo pruebes un rato antes para ver si lo tolera.
2º Protege sus almohadillas
La piel de los perros también se reseca mucho por el frío y sobre todo las almohadillas, que están en contacto directo con la fría nieve. Si no las proteges de forma adecuada, se formarán molestas grietas y heridas.
Para evitarlo, es recomendable aplicarles vaselina o alguna pomada específica que las mantenga hidratadas y protegidas. Cuando estéis paseando por la nieve, también puedes usar protectores para almohadillas con parafina o cera antideslizante para prevenir resbalones.
Una vez que lleguéis a casa o a un lugar seco, seca bien las almohadillas y las patas con una toalla seca y vuélvele a aplicar una generosa capa de vaselina.
El cuidado de las almohadillas se debe realizar durante todo el año, te recomendamos el artículo Cómo proteger las almohadillas del perro en verano
3º Atento a la nieve
Los anticongelantes que se esparcen por la nieve son altos en etilenglicol, una sustancia altamente tóxica para los perros.
La mayor parte de las veces, tu mascota puede sentirse tentada a comer nieve por sed, así que para evitarlo es recomendable que lleves siempre agua y se la ofrezcas cuando lo notes sediento, y así evitarás una ingesta accidental de esta sustancia tóxica. En caso de ingesta, debes llevarlo de inmediato al veterinario.
Puedes llevar un bebedero portátil y algo de comida para reponer fuerzas cuando sea necesario.
4º Sécalo al llegar a casa
Después del paseo y, aunque hayas usado ropa impermeable y calentita, seca bien su cuerpo y almohadillas con una toalla o con un secador de aire templado.
Sigue estas recomendaciones para proteger a tu perro de las bajas temperaturas y en los días de nieve.
Finalmente, si tienes cualquier duda, puedes consultar con tu veterinario. Él o ella sabrá darte las directrices necesarias para que tu perro y tú disfrutéis de un día en la nieve.
Por último, pásate por estos post para completar la información sobre cuidados en invierno:
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