El síndrome ictericia felina ¿Qué debes saber?

El síndrome ictérico felino, también conocido como la enfermedad del hígado graso, es una de las afecciones más comunes entre los gatos domésticos. 

Dicha enfermedad se produce por la descompensación de los niveles de bilirrubina en sangre y tejidos y se manifiesta proporcionando una pigmentación amarillenta en la piel, orina y mucosas de los gatos. 

Aunque puede ser grave si no se trata correctamente, la mayoría de los casos de síndrome ictérico en gatos son tratables con un diagnóstico y un tratamiento adecuados. 

En el artículo de hoy te contaremos más sobre esta enfermedad, las causas que la provocan y los principales tratamientos disponibles. 

¿Por qué se produce la ictericia felina?

La ictericia felina se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado, lo que hace que este se inflame y afecte a su función y, por tanto, no pueda eliminar correctamente la bilirrubina y otros componentes biliares de la sangre.

Por norma general, una de las causas más comunes de la aparición de problemas en el hígado es una dieta alta en grasas y carbohidratos. Además, el sobrepeso puede promover la acumulación de grasa en el hígado y conducir a la inflamación del mismo. 

 En otros casos, la enfermedad puede ser hereditaria o de causa idiopática (desconocida). 

Síntomas de la ictericia en gatos

La acumulación de bilirrubina en el sistema de un gato puede provocar efectos tóxicos en su sistema nervioso central y contribuir al daño celular en los tejidos. 

El diagnóstico de la ictericia felina se basa en la observación clínica y la realización de pruebas de laboratorio. Sin embargo, hay algunos síntomas que son fácilmente identificables y que te permitirán descubrir si tu gato padece ictericia felina:

Tinte amarillento de los tejidos

Sin duda, uno de los síntomas más fácilmente identificables. 

La piel, las encías y la esclerótica de los ojos de tu gato pueden adquirir una coloración amarillenta. 

Orina oscura

Otro de los efectos de la acumulación de bilirrubina en sangre es un color más oscuro en la orina. 

Aumento del tamaño del abdomen

Las enfermedades hepáticas suelen producir hinchazón y aumento del tamaño del abdomen de tu gato. 

Pérdida de apetito

Además, este síntoma es uno de los problemas a los que los dueños de gatos con ictericia debemos enfrentarnos ya que, al disminuir su apetito, se hace más difícil poder administrarle el tratamiento adecuado.

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Tipos de síndrome ictérico felino

Los tipos de ictericia felina se clasifican en función de la causa subyacente:

Ictericia hepática

Este tipo de ictericia se produce cuando hay un daño en las células del hígado. Esto puede deberse a alguna enfermedad hepática como la lipidosis, neoplasia o la cirrosis. 

Ictericia posthepática

Se produce cuando el hígado trabaja, pero presenta problemas a la hora de almacenar o transportar sustancias. Suele relacionarse con la presencia de bilirrubina fuera del hígado y derivar en enfermedades como la pancreatitis, neoplasias o roturas del conducto biliar. 

Ictericia no hepática

Se produce cuando el problema no está relacionado con el hígado. Si no está relacionada con una alteración hepática, la ictericia en nuestro gato suele deberse a hemólisis (rotura de glóbulos rojos) por causas diversas: sustancias tóxicas (ej. paracetamol), algunas infecciones bacterianas o víricas…, etc.

¿Cómo tratar la ictericia felina?

Por norma general, el tratamiento de la ictericia felina es complejo y dependerá de la causa subyacente que haya provocado la ictericia. 

Dieta

En casos menos graves, suele basarse en una dieta alta en proteínas e hipocalórica para favorecer la digestión y compensar la posible anemia. 

• Proteínas: Es importante que la proteína sea de calidad y provenga de fuentes como pavo, pollo o carne magra. 
• Grasas: Evita el exceso de aceite y las comidas grasas, así el hígado de tu mascota tendrá que trabajar menos. 
• Ácidos grasos omega 3: Presente en algunos pescados como el salmón y la sardina, tienen propiedades antiinflamatorias para el hígado. 

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Antibióticos

Suelen recomendarse en caso de que haya alguna infección bacteriana subyacente. Recuerda que siempre deberá ser el veterinario quien dictamine la administración de dichos fármacos y la posología de los mismos. 

Cirugía

En los casos más graves, cuando el conducto biliar está obstruido y es lo que causa la ictericia, puede ser necesario realizar una cirugía para eliminar la obstrucción y restaurar los conductos biliares. 

Es importante que tengas en cuenta que la ictericia felina puede ser síntoma de una enfermedad subyacente más grave. Por tanto, te recomendamos buscar atención veterinaria inmediata si observas cualquier signo de ictericia en tu gato, ya que un tratamiento temprano puede mejorar significativamente las posibilidades de recuperación.